RUEDA DE LAS EMOCIONES
En los procesos de formación o desarrollo de nuestra gestión emocional, la adquisición de vocabulario es necesario e imprescindible.
Imaginaros que a vuestros hijos, hijas, alumnado... le ponéis un problema matemático que tienen que resolver y al leer el enunciado, no son capaces de hacer una lectura comprensiva para interpretar lo que pone y extraer los datos porque, "simplemente", no saben lo que significan las palabras que aparecen.
Las personas construimos nuestro mundo interno y externo a través del lenguaje y para ello, cuanto más rico sea nuestro vocabulario, mayor capacidad tendremos de crearlo y entenderlo.
Siempre pongo el ejemplo de una metáfora que usa Lisa Feldman en su magnífico libro y que recomiendo siempre "La vida secreta del cerebro" de Paidós, sobre una cámara de fotos. Imaginaros que cada una de nosotras, como personas, tenemos una cámara de fotos interna a través de la cuál vemos el mundo. No es lo mismo tener una cámara con 3.2 píxeles que una con 12 donde la nitidez es espectacular. Si tengo una cámara muy pobre, tendré dificultades para ver lo que ocurre a mi alrededor con nitidez y puede que mi reacción, movimientos o pensamientos sean, consecuentemente, pobres también. Sin embargo, si tengo una cámara magnífica, se me abre un mundo de posibilidades al observar, ver los matices de la luz, la velocidad, el movimiento, los colores, los enfoques... y comprenderé mucho mejor los detalles de lo que veo.
Pues eso mismo pasa con la forma en la que sentimos y percibimos las cosas. Si mi vocabulario se centra en: alegría, tristeza, enfado, miedo, asco, me estoy perdiendo muchos matices al generalizar tanto. Pero aún cuando se centra en BIEN O MAL. Con estos últimos, somos incapaces de saber lo que siente la persona o, al menos, concretarlo.
Os invito a que cojáis una de las emociones que están en el centro del cojín como por ejemplo "la tristeza", y luego léais la cantidad de emociones que podemos asociar con ésta: arrepentimiento, vergüenza, ignorancia, victimismo, desvalidx, vulnerable, melancólicx, vacío, desamparo, abatimiento, aburrimiento, indiferente.
¿A QUE NO ES LO MISMO?
Por eso es tan importante ayudar a que nuestros chicos y chicas (y nosotros y nosotras) amplíen el vocabulario emocional a través de estas herramientas tan visibles. Los matices serán mucho más amplios y la forma de trabajar las emociones y gestionarlas, mucho más afinada cuanto más capaces seamos de identificarlos.
RECOMENDACIONES
- Ante la pregunta de ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?, no te conformes con bien o mal, invita a que miren la rueda y hagan el esfuerzo de identificar lo que sienten.
- Tampoco te conformes con las emociones del centro del círculo, anima a que investiguen y vean si el resto de emociones asociadas a las del centro, les ayuda a matizar cómo se sienten.
- Una pregunta que siempre va detrás de identificar la emoción es ¿Y cómo sabes que estás... (enfadado, irascible, contento, en calma...)?Hay que invitar a que perciban sus sensaciones corporales para identificar qué sienten: "el corazón me late rápido, los puños se cierran, aprieto la mandíbula, los músculos se relajan, respiro despacio...". La percepción corporal es fundamental y forma parte del desarrollo emocional. Sin conectar con el cuerpo, no podemos saber lo que sentimos y regularlo, y caemos en SÓLO PENSAR LAS EMOCIONES.
- Aunque no estén en un estado emocional desagradable, anímales a que identifiquen lo que sienten y en qué parte del cuerpo lo sienten cuando también viven situaciones agradables: después de meditar, tras una buena noticia, después de ganar un juego... Las emociones agradables también es importante conocerlas, matizarlas y concretarlas. Van a ser una guía para aprender a regularnos.
- Esta idea es fundamental: TODAS LAS EMOCIONES SON IMPORTANTES. NO EXISTEN EMOCIONES NEGATIVAS NI POSITIVAS. TODAS TIENEN UNA FUNCIÓN. Esto, las personas que os habéis formado conmigo, sabéis que soy pesada hasta la saciedad. Yo sólo uso emociones agradables y desagradables o placenteras o displacenteras (esta última más con adultos/as), porque algo agradable o no, me ayuda a conectar con las sensaciones, no entran en juicio de si son positivas o negativas.
- Verás que hay emociones que no se asocian al 100% a la que le corresponde en el centro. Esto es porque hemos tenido que seleccionar entre un vocabulario extensísimo y porque el objetivo es aportar material de trabajo, no relacionar las emociones entre sí. Si queréis conocer diferentes teorías sobre la relación de las emociones, os recomendamos el libro de Lisa Feldman que os hemos recomendado antes o, por ejemplo, "Universo de emociones", de Punset y Bisquerra, que nos gusta mucho cuando queremos, precisamente, observar la posible relación entre las diferentes emociones.
Sobre cómo usarlo, recuerda que ampliar el vocabulario lingüístico de nuestro alumnado e hijos o hijas está siempre presente en nuestra educación. Les corregimos cuando se equivocan de palabras, les enseñamos juegos para aprenderlas, les mostramos sinónimos, antónimos... Así van aprendiendo a hablar con "más propiedad". Pues esto mismo os invito que hagáis, pero con el vocabulario emocional. Enseñar, jugar, aprender a identificar palabras, buscad sinónimos, antónimos, investigad raíces, etimología, expresiones en otros idiomas... Sólo debéis tener cuidado con corregir y enfocaros más en preguntar para ayudarles a matizar si veis que pueden estar confundidos.